lunes, 8 de noviembre de 2010


Haribol hermanitos y hermanitas:


Llevo sin escribir algún tiempo; pero no por el tiempo, he dejado de pensar y acordarme del servicio e información que puedo ofrecer en este rincón de Krishnita. En esta ocasión, quiero compartir una historia que empieza así:


El sabio indio Narada era un devoto del Señor Hari. Tan grande era su devoción que un día sintió la tentación de pensar que no había nadie en todo el mundo que amara a Dios mas que él.

El Señor leyó en su corazón y le dijo: "Narada, ve a la ciudad que hay a orillas del Ganges y busca a un devoto mío que vive allí. Te vendrá bien vivir en su compañía".


Así lo hizo Narada, y se encontró con un labrador que todos los días se levantaba muy temprano, pronunciaba el nombre de Hari, una sola vez, tomaba su arado y se hiba al campo, donde trabajaba durante toda la jornada. Por la noche, justo antes de dormirse, pronunciaba otra vez el nombre de Hari.


Y Narada pensó: "¿Como puede ser un devoto de Dios ese patán, que se pasa el día enfrascado en sus ocupaciones terrenales?".


Entonces el Señor le dijo a Narada: "Toma un cuenco, llénalo de leche hasta el borde y paseate con el por la ciudad. Luego vuelve aquí, sin haber derramado una sola gota".


Narada hizo lo que le había ordenado.


"¿Cuantas veces te has acordado de mi mientras paseabas?", le preguntó el Señor.


"Ni una sola vez Señor", respondió Narada. "¿Como podía hacerlo si tenía que estar pendiente del cuenco de leche?".


Y el Señor le dijo: "Ese cuenco ha absorbido de tal manera tu atención, que te has olvidado por completo. Pero fíjate en ese campesino, que a pesar de que tiene que cuidar de toda la familia, se acuerda dos veces al día de mí.


Y así termina esta bonita historia, que con gran entusiasmo me ha gustado compartir................


Radha Sundari.